Otra muestra de arqueología fotográfica, en la que, casualmente, aparece el tío Pepe Rocafort, el mismo personaje del post de 10 de febrero, referido al fotógrafo madrileño Alfonso, Esta vez la foto corresponde al estudio de Germán Colón, situado durante medio siglo en la calle de Enmedio, que, por aquello de la política, durante unos años se llamó de Gonzalez Chermá.
Germán Colon perteneció también a una saga de fotografos castellonenses, que ejerció su profesión durante más medio siglo. Visto desde estos años en los que la cámara fotográfica es una herramienta habitual y omnipresente, resulta chocante aquella afición de la gente a inmortalizar en una foto los acontecimientos importantes de la vida social. Lógicamente, la familia del tío Pepe no podía dejar pasar la primera comunión del niño sin llevarlo al estudio de los Colon. Y la cosa se mantenía cincuenta años después, porque todavía las fotos de primera comunión mías y de mis hermanos son de Germán Colón, ya al final de su carrera. No perder de vista el montaje de la foto, con aquellas cartas que incluían la estampita ad-hoc, ni el reclinatorio gótico-churrigueresco que le colocaron al niño..
.....Despés de escribir lo anterior, pienso que todavía hoy sigue boyante el sector BBC (bodas, bautizos y comuniones), con modificaciones estilísticas más adaptadas a los tiempos: la niña de comunión, vestida de tarta y con todo el joyerío a la vista, mirando al cielo; los novios frente al mar, con cara de frío; los novios acariciando a un caballo blanco, que ya me dirás que pinta en el acontecimiento; los novios dentro de la limusina blanca, para que se vea que en la boda hubo de todo. Definitivamente, la tontería humana, como los caminos del Señor, es insondable. Pues eso.
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