lunes, 2 de junio de 2008

Viéndolas venir


Mi hijo (1,95 m de estatura, 110 kilos de peso, “el niño” para su madre) otea el horizonte y ve venir la tormenta. Luego, nos sentamos en “Pinocho” y comimos unas pizzas que no se las saltaba un torero, para celebrar el santo de los dos y mi cumpleaños. Es un hombre feliz.