domingo, 27 de julio de 2008

Vanitas vanitatis


Altarcillo callejero, de influencia vagamente taurina, en las calles de Benlloch. Nadie explica quienes son los dos personajes con la palma del martirio en la mano, subidos a su correspondiente peana, pero queda muy claro quien lo construyó y quien lo reconstruyó años después. Sospecho yo que realmente el altar está dedicado a los prohombres locales (¡santos varones!) y los santos mártires son sólo la excusa. Hay que recordarle al cielo quienes son sus verdaderos aliados en la tierra.
Vanitas vanitatis et omnia vanitas.