La extinta Plaça Major, en los días anteriores al inicio de las obras, cuando era todavía una plaza tal vez humilde, pero como la mujer de la copla, "limpia y honrá". Ha desaparecido victima de estos bestias del Movimiento continuo, que confunden lo nuevo con lo moderno. De los papanatas del hierro y el cemento. Primero fué la construcción del parking, que acabó con cualquier vestigio de historia del pueblo, y ahora se construye el nuevo telón de acero, que ocultará la Plaça de la Vila, posiblemente uno de los rincones más entrañables de la ciudad.
Descanse en paz.
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Añado, a inicios de septiembre, nuevas imágenes certificando la defunción de la antigua Plaça Major (hoy, Plaza de las Lentejas, por la cantidad de hierro que tiene). Eso si, la "modernidad" avanza imparable e incluso pretenden plantar cesped sobre las plataformas metálicas.
Efectivamente, amigo Fernando, cuán lamentables son las concejalías de urbanismo que no rodean, qué barbaridades más nos esperan, sin preguntar a nadie... Aquí en Almassora estamos con el super-parking (que no necesita nadie, que nunca se llenará salvo en fiestas) recién estrenadito, inaugurado en las fiestas pasadas, todo pulcro él... por debajo, ya que por arriba se han quedado sin presupuesto y llevamos dos meses en los que no existe actividad obrera, eso sí, todo bien vallado a cal y canto... por no hablarte de la cagada del mercado, donde han insistido en mantener una infame e interminable rampa de acceso a las plantas superiores, además de destrozar la entrada metiendo justo enfrente el acceso al ascensor del párking, quedando una estampa horrorosa y grotesca, para un edificio emblemático y bonito que tenemos por aquí...
ResponderEliminarHay Kubrick, que me caliento, y ya hace demasiado calor ahí en la calle.
Un abrazo mestre
M. Navarro
Manuel, entiendo perfectamente tus lamentaciones. En esta zona, por su origen labrador, no puede decirse que la arquitectura de los pueblos fuera nada del otro mundo, pero tenía su encanto. Ya se le dió un golpe en el desarrollismo de los años 60 y ahora, con esta generación de nuevos ricos e ignorantes que han llegado a los ayuntamientos, no va a quedar ni señal. ¿Qué me dices de ese intento de hacer pasar en Castellón el "trola"bus cruzando el parque de Ribalta?.
ResponderEliminarY, ya sabes, quien pierde sus orígenes, pierde su identidad.
Manuel, despues de escribir lo anterior, bajo al Miso a tomar un café y me encuentro con un arquitecto castellonense. Me asegura que la nueva plaza de Vila Real será un portento arquitectonico, proyecto de um arquitecto joven, muy premiado. Digo aquello de Pasionaria: "Intelectuales, cabezas de chorlito". Habrá que esperar que, algún día, los arquitectos piensen en la gente y no en la foto.
ResponderEliminarFerran, hoy he estado comiendo en El Casino, ya sabes, uno de los mejores arroces "del senyoret" de la Via Láctea, y sigo perplejo, noqueado y más despistado que Bush en una tertulia de sabios.
ResponderEliminar¿Qué cojones están haciendo ahí, con tanto hierro, quizás un barco petrolero, quizás unos altos hornos, otro cagallón cósmico para ser visto desde Marte?
Mare meua quin pervindre.
Paciencia y menos café, amic.
M. Navarro.
Pues a mi me gusta la arquitectura moderna...
ResponderEliminar¡¡¡Viva los arquitectos con creatividad!!!...VIVA.
Eso si,siempre y cuando todo tenga una buena relación entre el diseño y su funcionalidad.
Saludos.
La cosa no va contra la arquitectura moderna, sino contra este urbanismo que va arrasando con lo que es la personalidad de una ciudad para sustituirlo por cosas que no tienen ningun sentido en esa ubicación concreta. Tal vez la nueva plaza tenga algún mérito arquitectónico (de momento no se lo veo), pero se hubiera agradecido más en la zona de expansión, en un espacio más adecuado. Pero claro, allí, como decía un concejal de Castellón, el metro cuadrado de suelo vale demasiado dinero para destinarlo a zonas públicas. Es más facil desdtruir el centro historico y dedicar el resto del suelo a solares.
ResponderEliminarA mi m'agrada molt com ha quedat la plaça. La plaça major anterior, la que deriva del 1970, era un horrors arquitectònic. Ara el ferro de la plaça aconsegueix dissimular els horrors dels pisos dels anys 70. La plaça de la vila ha guanyat molt amb la seua peatonalització, la neteja d'uns dels cantons i la recuperació del quart cantó amb aquesta estructura de ferro.
ResponderEliminarPues, nada... para gustos colores. Pero el horror arquitectónico continúa ahí y Vila-Real sigue perdiendo su personalidad.
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