lunes, 30 de mayo de 2011

Ya soy un jubilado


Repentinamente y sin aviso previo, esta mañana me he levantado con sesenta y cinco años cumplidos, y, una vez superada la depresión del momento y vencido un ataque de llanto nervioso, he salido a la calle dispuesto a cumplir responsablemente con todas las obligaciones del jubilado.

Primero, al Ambulatorio, antes de que la victoria del PP en las elecciones autonómicas le animen a instaurar el copago en la Seguridad Social y cada visita al médico de cabecera me obligue a rascarme el bolsillo, con lo que esto nos molesta a los jubilados. En la foto, el momento histórico. Ahí estoy yo, con cara de jubilado y junto a otros jubilados de mi misma condición, posiblemente con una salud de hierro comparada con la mía, ya que llevarán algún tiempo consumiendo cantidades ingentes de productos farmaceuticos a costa del erario público.

La segunda parte del ritual jubilar, debía haber consistido en la inspección de alguna obra municipal, con sus correspondientes consejos a los obreros y feroces críticas a la labor de aparejadores y arquitectos. Pero las condiciones sociales y políticas del momento (elecciones recientes, cambios en la alcaldía y crisis galopante en las finanzas municipales) han hecho que no haya podido localizar ninguna infraestructura municipal en proceso de construcción. ¡Ni una mala zanja que llevarme a la boca! Aplazaré pues esta parte de mis obligaciones al momento en que los equipos de gobierno, recien constituidos y con las pilas puestas, decidan demostrar a los vecinos lo acertado de la decisión de haberles votado.