miércoles, 14 de noviembre de 2007


En la primera foto, una nueva versión de los nichos postmodernos. Me gusta el juego de reflejos: los cipreses y la valla en el acero y los brillos meálicos en el suelo.
Nada que ver con las sombrías visiones tradicionales de los camposantos, y para muestra un botón: vease la segunda foto. Aunque en ella, tras la tapia, se asoma la nave industrial. El desarrollo y el progreso van arrinconando a los muertos, y a la misma idea de la muerte. Afortunadamente, va desapareciendo la España negra.
Se diga lo que se diga ...
¡qué bonito es un entierro!
Con su caballitos blancos y sus caballitos negros.
Con su cajita de pino y su muertecito dentro
Se diga lo que se diga....
¡qué bonito es un entierro!