jueves, 29 de octubre de 2009

Pequeñas cosas 2

Corrupción política, corrupción social

Opinión de Inaki Gabilondo, en Noticias Cuatro, la noche de ayer, 28 de octubre. La suscribo.



“Hablemos por trigésima vez de la corrupción política y por tercera vez de la corrupción social. Los escándalos políticos no se neutralizan. Los de Gürtel hoy se esconden detrás de la operación Pretoria, y el PP se alivia porque la patata hirviendo pasa al PSC o a CIU. Pero es un consuelo microscópico.

Porque el verdadero problema es que, por acumulación, hemos terminado por entender que estamos invadidos por la corrupción y que nos la encontramos o nos la encontraremos en el norte, en el sur, en el este y en el oeste. Y que ha envenenado en un grado u otro a todos los partidos que han tocado poder.

Pero hay algo que aun no se ha dicho con suficiente claridad: la metástasis no afecta en exclusiva a las células políticas de nuestro organismo. Ese es el cuento que nos estamos contando, pero no es verdad; y todos sabemos que no es verdad.

Por eso la gente está consternada pero no está sorprendida. Un enorme universo de profesionales de gran número de actividades, desde banqueros a fontaneros, pasando por notarios, constructores, abogados y todos los etcéteras laborales que quieran añadir.

Han participado en el gran festín, cuyas facturas van llegando ahora al cobro. Y si el ritmo de pillerías se ha reducido es por la crisis económica, no por otra cosa. Aquí no ha habido, ni hay contrición alguna, una vez que fuimos envenenados por el virus neocom, que echó abajo todos los viejos valores de la austeridad y la decencia. La famosa pregunta "¿cuándo se sale de la crisis?", lo que quiere decir básicamente es: cuándo volvemos a las andadas, y a la cueva de Alí Babá, y al opíparo banquete de dinero negro, billetes de quinientos euros y otras suculencias.

Por eso, la desafección política aumenta pero no llega a la desbandada. La ira de los parados o de los arruinados, o de los ciudadanos más jóvenes, no es sinceramente acompañada por otras capas sociales, a las que los escándalos de corrupción les escandalizan poquísimo.

Acabar con este mal es muy difícil porque habría que amputar pero ¿qué se amputa?. ¿Saben qué cifra alcanza el fraude fiscal en España?. En su congreso de este mes, los inspectores de hacienda lo han cuantificado: 75 mil millones de euros."