martes, 22 de diciembre de 2009

Feliz Navidad

Como sé que muchos de vosotros sois gente perezosa y no os tomareis la molestia de pasar por el blog de Falsarius Chef, le pido prestado su ultimo post y os ofrezco este Menú Navideño, bueno, bonito, barato e impostor hasta extremos inimaginables. A base de productos de supermercado o de gran superficie, os podeis montar un menú la mar de apañadito y por cuatro perras, que, por mucho que diga Zapatero, no está la cosa para tirar la crisis por la ventana.

ENSALADA AL LOCO (O CASI) FRENESÍ DE MARISCO


La verdad, no sé yo cómo se le ocurre a nadie nacer en un día con tanto lío. Y menos aún si eres dios y puedes elegir. Cómo puede nadie querer nacer el 24 de diciembre que está todo lleno de gente, con las tiendas a rebosar, las calles atascadas y la cesta de la compra carísima. Es raro. No sé, un dios como dios manda hubiera elegido para nacer un día chulo y molón, no sé, el 29 de febrero de un año bisiesto, que es un día como muy elegante y postinero. Un dios que nace el 24 de diciembre parece una oferta de unos grandes almacenes, una promoción del Carrefour de esas en plan, llévate un dios y el segundo a mitad de precio. Pero bueno, las cosas son como son y ya no tiene remedio (por lo menos hasta que saque Armani un dios nuevo) así que habrá que resignarse y celebrar las cosas adecuadamente. Espero que el menú os guste y feliz Navidad a todos.
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Ingredientes: 1 paquete de mezcla de lechugas cortadas y lavadas de esos que vienen listo para servir, 1 paquete de gulas, 1 tomate, 2 dientes de ajo, 2 cayenas (guindillas pequeñitas) aceite, vinagre, sal.
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Preparación: en un bol ponemos la lechuga, le añadimos medio tomate crudo rallado con el rallador, aliñamos con aceite vinagre y sal y removemos bien. En una sartén con un poco de aceite ponemos a freír los dientes de ajo en lonchitas y dos cayenas, a las que podemos quitar las pepitas si no queremos mucho picante. Cuando cojan color, añadimos las gulas removemos bien y las dejamos que se calienten y se hagan un poco. Lo que queda es montaje puro y duro. Hacemos una montañita aparente y pinturera con la ensalada y la rematamos con nuestras gulas al ajillo.

PAVONEOS DE PAVO Y CIRUELAS


O tienes mucho (y un tanto malsano) afán de protagonismo, o lo de ser pavo en Navidad, no es precisamente un chollo. Hombre, eres vaca, cerdo o pollo, y como te están comiendo todo el año, pues lo de las navidades se te pasa sin sentirlo, como cualquier otra época del año. Pero si eres pavo, debe ser oír un villancico y echarte a temblar. Qué estrés más malo. Igual por eso los pavos tienen tan mala cara, los pobres. Como de funcionario triste del catastro. Yo, en cualquier caso, dada mi natural empatía con los tristes, he optado por el pavo en lata. Está igual de muerto, el pobre, pero se ha ahorrado la tortura previa de los villancicos.
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Ingredientes: 1 lata de pavo cocido (de esas triangulares como las de jamón cocido de Apis, pero de pavo ), 1 paquete de ciruelas sin hueso, 1 sobre de puré de patatas instantáneo, 1 cebolla, salsa de soja, mostaza, miel.
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Preparación: precalentamos el horno a 180 grados. Mientras se caliente, sacamos con cuidado de no romperla la pieza de pavo y la ponemos en una fuentecilla resistente al horno de esas tipo Pirex. La untamos por encima primero con mostaza y luego con miel. Cuando el horno esté caliente, la metemos allí durante 10 minutos. Por otro lado, ponemos un cazo con un poco de aceite, la cebolla picada y las prunas. Cuando veamos que la cebolla se empieza a dorar, le añadimos una cucharada pequeña de mostaza, removemos bien, y le agregamos un chorreón de salsa de soja. Dejamos hervir y rebajamos con un poco (poquito para que luego quede consistente) de agua. Que hierva un poco más, retiramos del fuego y la pasamos por la batidora, pero procurando no quede muy deshecha, para que se distingan pedacillos de ciruela y de cebolla, que queda más chula. Cuando tengamos el pavo del horno listo, lo cortamos en lonchas y lo servimos sobre una cama de puré de patatas, cubierto con nuestra rica salsa y, si queremos, adornado con alguna lechuguilla que nos haya sobrado de la primera receta.


OBESITOS DE TURRÓN


Tras tan inocente (y si me apuran, cursi) nombre se esconde una pequeña y mortal máquina de engordar. El Chuck Norris de la obesidad. Un postre de esos que, así, a simple vista, parece un poco tontería, pero de los que luego te lías a probar con la cucharita como al despiste, y se te va la mano sola, y no puedes parar. Y piensas eso tan socorrido de “un día es un día, que estamos en Navidad”, y en tu obcecación ya no paras hasta oír ese tintineo de cucharilla y cristal golpeando en el vacío, que te avisa de que la fiesta se ha terminado. Y en agosto, en la piscina, te miras el blanco michelín que te sobresale por la cintura y te dices nostálgico “anda, mira, el obesito de turrón”.
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Ingredientes: una tableta de turrón del blando, 1 brick pequeño de nata líquida, 1 cucharada de miel, 1 fruta escarchada de su elección (en mi caso, ciruela).
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Preparación: troceamos en pedazos pequeños la tableta de turrón y los metemos en el congelador. Cuando estén helados, echamos unos pocos trozos en un recipiente para batir, añadimos la cucharada de miel y nata líquida, y vamos dándole con la batidora hasta que adquiera una consistencia cremosa. Vamos añadiendo turrón y nata, manteniendo la densidad, hasta que tengamos todo el turrón convertido en una crema fría, esto es, en helado. Lo dividimos en unos vasitos de cristal aparentes, y le ponemos fruta escarchada, que habremos rallado con el rallador por los agujerillos gruesos, por encima. Se guarda en la nevera hasta el momento de servir, adornándolo si queremos, con un pedacito de turrón del duro que podemos robar tranquilamente de esas bandejas de degustación que hay en el súper.

FELIZ NAVIDAD Y QUE EL 2010 NOS SEA A TODOS MÁS PROPICIO.