lunes, 22 de febrero de 2010

Villafranca 1974


La otra noche, Jaime y yo nos preguntábamos que coño nos había pasado para que, de repente, nos encontremos con sesenta años a las espaldas y lo mejor de la vida detrás de nosotros. Entramos en la última fase y nos sentimos un poco estafados por la velocidad con que han pasado las cosas. Ha habido de todo, bueno y malo, pero, en general, ha sido rápido y, sobre todo, corto. Después de toda esta reflexión, me comí unas alcachofitas crujientes con huevos fritos y jamón, y mejoré un poco de ánimo. Las penas, con pan son menos.