jueves, 22 de mayo de 2008

Mayo del 68



Estamos en época de contar batallitas, con ocasión de los cuarenta años transcurridos desde mayo del 68. ¡¡Dramática circunstancia!! Porque el tanguista opinará que cuarenta años son nada, pero a ver quien nos devuelve a nosotros lo bailao. Y, sobre todo, lo no bailao.
Parece que ahora toca minusvalorar todos aquellos acontecimientos y considerar que no sirvieron para nada. Pero los que lo dicen lo hacen instalados en el mundo que comenzó a aparecer a partir de aquellos días y que no tiene nada que ver con el anterior. Tal vez debajo de los adoquines no estuviera la playa y no hubieran consecuencias políticas inmediatas, pero fue un pedrada en el ojo del orden establecido y cambió radicalmente ideologías, costumbres y modas.
Y para muestra, un botón. Véase la foto que ilustra el post. Sin mayo del 68, nunca hubieramos conocido tan fresquita a la señora de Sarkozy, que, junto con el ilustre ideólogo de la gran derecha, el insigne Aznar, se han empeñado en decir que aquello no ha tenido ninguna repercusión. ¡Toma repercusión!
Todo este romance se me ocurre a cuento de una exclamación de Anna, cuando en la radio sonaba “Diguem no”, de Raimon. “Ja estem amb les cançons de cego”. ¡Exactamente lo que decía mi abuelo cuando, en el “picú”, poníamos “Al vent”!: “Aixó son cançons de cego”.
Amigos de la nave del misterio… ¿Fenómeno paranormal o reencarnación del abuelo Jaime en Anna? Simplemente, cambio generacional. Como ella dice, “mientras vosotros jugábais a hacer la revolución, yo, en mayo del 68, tomaba la Primera Comunión”. Lógicamente no es lo mismo y eso marca.