lunes, 25 de agosto de 2014

Mi tío


El tío Javier, la versión familiar de un Monsieur Hulot levantino, beato y provinciano. Un personaje tímido, misántropo, peculiar y encantador que formó parte de mi infancia y que, visto desde la distancia de los años, se ha convertido en una imagen difusa. Hombre de pocas palabras, le recuerdo refugiado en un rincón del húmedo comedor de su casa, en la penumbra de una lámpara de flecos y sentado en su mecedora. mientras escuchanba la BBC en si vieja radio Telefunken.   

2 comentarios:

  1. Preciosa foto la de tu tio Javier, ya conocido por nosotros a través de otras fotos tomadas en ese extraordinario lugar, supongo que su casa.
    Tu foto destila recuerdos, eso que aparece con fuerza a medida que aumentan los años y que, a veces, nos llenan de melancolía, sobre todo cuando se refieren a aquellos buenos amigos que ya no están y que parece que siempre ocupan un hueco aunque todas las sillas estén ocupadas por los que quedamos.
    (Voy por mi segundo whisky)

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  2. Es lo que siempre hemos comentado: las fotos, con el paso de los años (y no te digo nada, con un par de wiskys) ganan en fuerza y en significado. Si fuera un curator como Juan, diría que la fotografía congela la historia. Y los recuerdos.

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