no solo al picudo le podemos llamar "el maligno", ya que el desacierto de poseedores de esas masias, abandonaron modos de vida que tanto placer produjeron, para ser urbanitas y dejar, como se deja a un perro, aquellos rincones. asi nos va, hermanito.
no solo al picudo le podemos llamar "el maligno", ya que el desacierto de poseedores de esas masias, abandonaron modos de vida que tanto placer produjeron, para ser urbanitas y dejar, como se deja a un perro, aquellos rincones. asi nos va, hermanito.
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