domingo, 10 de julio de 2011

El cabaret

A veces, entre el paisaje del Castellón de la burbuja inmobiliaria, aparecen restos del Castellón de mi infanica. En este caso se trata de "Don Hilarión" (para mi generación, simplemente "el cabaret"; no había otro), la casa de putas del Castellón de los 50.
El viejo prostíbulo no ha podido competir con las grandes superficies del sexo que han aparecido en torno a la zona de la cerámica y su fachada, sucia, polvorienta y deteriorada, luce el ahora habitual letrero de SE VENDE, aunque el eufemisno de "dancing" sigue coronando la fachada
Situada a espaldas del Colegio de los Escolapios y antes de llegar al Hospital, marcaba una zona prohibida para nosotros. Su proximidad al colegio hacía que los alumnos de primeros años de Bachillerato, en lo que nos parecía una terrible transgresión de las normas, hacíéramos expediciones a la calle del pecado, como si fuéramos aventureros que arriesgaban la virtud simplemente por pasar, en grupos y empujándonos los unos a los otros, por la acera de enfrente del cabaret. Al día siguiente nos ufanábamos de la hazaña ante los compañeros e incluso había quien contaba las psicalípticas historias inventadas que aseguraba haber entrevisto a través de la puerta al pasar, para asombro y regocijo de la audiencia.
Manuel Vicent, se refiere a él en su novela “Tranvía a la Malvarosa”: “Muy cerca de la tapia del hospital de Castellón, en una calle de bares y talleres eléctricos, envuelta en el trajín de carromatos que pasaban por la Ronda Mijares se levantaba la fachada del cabaret Rosales, un antro con sabor a fresa y a esencia de amoniaco, de estilo colonial.”

1 comentario:

  1. Se vende el Hilarión... ¿a dónde vamos a llegar? En los 80 también pasábamos por delante de los puticlubs de detrás de nuestro colegio mirando de reojo, disimulando, a ver que había dentro... retar a lo prohibido debe ser un paso en el aprendizaje, no? Ahora, al salir del cole los niños ya no pueden jugar a la pelota en la calle, no pueden ir al cine si no les llevan los padres en coche, no pueden hacer el zascandil con los amigos... mejor no nos quejemos si juegan mucho a la consola.

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