Tempus fugit. Uno de los antiguos "masets" en los que el viejo Castellón pasaba el verano, arrasado ahora por los cambios urbanísticos, la especulación y las posteriores ocupaciones. Otro signo de identidad de Castellón que se ha perdido, en favor de un progreso mal entendido. Pero los que ejercen de "soca", el "todo Castellón", siguen envueltos en la bandera de la ciudad y el manto de la "Lledonera", pasteleando con las gaiatas o tocando la "dolçaina i el tabal". Rosa María, que bona estás...
----
Pido perdón a los blogeros de otras partes del mundo, a los que lo anterior les resultará bastante incomprensible, pero de vez en cuando el cuerpo me pide un desahogo localista, y la cosa no tiene traducción posible
creian que la burbuja inmobiliaria iba a acogerlos. ahora, ni la palmera ha podido aguantar al picudo.
ResponderEliminar