Mi hijo (1,95 m de estatura, 110 kilos de peso, “el niño” para su madre) otea el horizonte y ve venir la tormenta. Luego, nos sentamos en “Pinocho” y comimos unas pizzas que no se las saltaba un torero, para celebrar el santo de los dos y mi cumpleaños. Es un hombre feliz.
Y tanto. Yo de mayor quiero ser como él. La foto, retrato perfecto de su filosofia de vida. Je, je...
ResponderEliminarFelicidades pues Don Fernando.Un abrazo.
ResponderEliminarBienvenida Martita a esta tu casa. Y gracias por la felicitaciçon.
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