lunes, 16 de junio de 2008
Una foto tomada para nada
Hablé en noviembre de lo que Pepe Sanchez llama fotografía subjetiva, fotos que se hacen para uno mismo, que expresan sensaciones o sentimientos, y releo ahora un libro que me regaló Eloisa. Un libro de Jeanne Chevalier, una fotógrafa francesa a la que no conocía, titulado Un miroir au soleil y que se ha convertido en una verdadera joya de mi biblioteca.
En el prólogo, dice Bernard Plossu: "Por un lado está el trabajo, las imágenes "de oficio", pero también están las imágenes que uno hace "para nada", como quien no quiere la cosa, y que resultan ser las más importantes. Amar la tierra, el viento, las piedras, los pájaros, sus olores, sus cambios, ... amar a la gente, a los niños, dejarse simplemente maravillar por lo que uno ve en casa, en "la vida de todos los días" ...
Esas sensaciones pretende transmitir esta foto.
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Me voy reconciliando con mis viejas cosas:
ResponderEliminarel opaco reloj,
el pantalón vencido,
los dóciles zapatos que se ensanchan.
No amaba hasta hace poco las cosas desgastadas.
Buscaba en el cambio el resplandor de lo que nace.
Ya no es así.
Amo ahora, sobre todo,
lo que incansablemente me acompaña,
lo que perdura sin brillo,
lo que a fuerza de mirar casi no veo,
lo que ya casi no miro,
lo que no guarda más secreto
que el de su persistencia.
de Santiago Kovadlof, Buenos Aires, Argentina
Muy bien, Marta. Precisamente esa es la idea.
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