Cuando eramos niños
los viejos tenían como treinta ;
un charco era un oceano;
la muerte lisa y llana
no existía.
los viejos tenían como treinta ;
un charco era un oceano;
la muerte lisa y llana
no existía.
Luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque un océano
la muerte solamente
una palabra.
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque un océano
la muerte solamente
una palabra.
Ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era el océano
la muerte era la muerte
de los otros.
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era el océano
la muerte era la muerte
de los otros.
Ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el oceano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.
( Mario Benedetti )
animate, muchacho ya ves, esta mañana te he quitado un año, quitandomelo de paso yo. si te encuentras a Don Mario, le das la enhorabuena de mi parte por tan buena poesia.
ResponderEliminarPues muchas felicidades y muchas fotos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Agradecido por vuestros deseos. Releyendo los comentarios y viendo las fotos del post, me doy cuenta que en este momento tengo la misma edad que tenía mi abuelo en la segunda foto: la diferencia de medio siglo entre dos Españas. Veremos si dura.
ResponderEliminarFernando, Al igual que tu hermano que tantos estudios tiene, dices muchas tonterías. Los viejos también tienen su encanto (y mucho valor). Inspiran ternura, afecto y muchas otras cosas...... !Cupleanñs Feliz!
ResponderEliminarEdeB
Querida EdeB, creo que no me has entendido. Yo, en general, no tengo nada contra los viejos. Si que lo tengo contra ·este· viejo, al que los años se le han pasado sin enterarse, con lo largos que eran los veranos hace sesenta años. El problema de la vida no es que sea corta; es que es rápida. Pero que no cunda el pánico: aun queda muchas cosas por hacer y nos es cuestión que las lágrimas no nos dejen ver las estrellas.
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