Detrás del cañaveral quemado aparece el ojo de Dios vigilando. Rouco se habrá alegrado de esta manifestación de la divinidad, pero a mi me recordó aquel orinalito de loza que, cuando era pequeño, en los primeros años 50, tenía en casa de mis tías. En el fondo de aquel utensilio estaba también el ojo de Dios con la leyenda "TBO". Seguramente de aquellos polvos vienen estos lodos.
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