Prescindiré, pues, de todo preámbulo. Por lo demás, todo el mundo sabe la situación por la que atraviesa el país, y soy optimista al emplear la palabra atraviesa, porque nada hace prever que vayamos a salir por el otro lado. El marxismo nos acecha, el capitalismo nos zahiere y somos blanco de terroristas, espías, agentes provocadores, especuladores rapaces, bucaneros, fanáticos, separatistas y algún judío de los que nunca faltan. Impera la violencia, cunde el pánico, la moral ciudadana se va al garete, el Estado surca galernas y las instituciones se asientan sobre arenas movedizas. No me tomen por derrotista: aún percibo a lo lejos destellos de esperanza.
¡Joder Carlos, me dejas patidifunto! No es que yo me pase de optimista, pero después de tamaño discurso he tenido que tomarme una tilita con un poco de anís. A ver si Eduardo Mendoza, a más a más de buen escritor, va a ser santo y tiene visiones.
Prescindiré, pues, de todo preámbulo. Por lo demás, todo el mundo sabe la situación por la que atraviesa el país, y soy optimista al emplear la palabra atraviesa, porque nada hace prever que vayamos a salir por el otro lado. El marxismo nos acecha, el capitalismo nos zahiere y somos blanco de terroristas, espías, agentes provocadores, especuladores rapaces, bucaneros, fanáticos, separatistas y algún judío de los que nunca faltan. Impera la violencia, cunde el pánico, la moral ciudadana se va al garete, el Estado surca galernas y las instituciones se asientan sobre arenas movedizas. No me tomen por derrotista: aún percibo a lo lejos destellos de esperanza.
ResponderEliminarEl laberinto de las aceitunas, Eduardo Mendoza
¡Joder Carlos, me dejas patidifunto! No es que yo me pase de optimista, pero después de tamaño discurso he tenido que tomarme una tilita con un poco de anís. A ver si Eduardo Mendoza, a más a más de buen escritor, va a ser santo y tiene visiones.
ResponderEliminarO eso o que la prima sale de paseo de vez en cuando.
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