Algunos de los asistentes al almuerzo de los martes hacemos un recuento rápido de los comprimidos farmaceúticos que consumimos al día y contamos más de treinta entre los tres. La evidencia de la fragilidad de la vida humana se nos revela como un relámpago y dedicamos el resto de la mañana a lamentar el tiempo pasado y lamernos las heridas. ¡Con lo que nosotros hemos sido!
Fernando, eres un exagerado. Sólo sumamos 29 pastillas.
ResponderEliminarEstáis hechos unos chavales... Ya les gustaría a muchos... Pero ojito con las acequias, leche...
ResponderEliminarNando, observo que desde tu estado de jubilado,tienes mas vida personal; de hecho, hasta aparfeces en las fotos. menos mariconadas y mas hacer fotos.
ResponderEliminarChene, te contesto lo que me recomendó tu hermano Carlos que dijera: es que no tengo tiempo de nada. ¡Y eso que aún no he comprado las bolas de petanca!
ResponderEliminarTe puedo llevar yo una bola de beisbol..., je, je...
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