viernes, 29 de abril de 2011
Otra magdalena de Proust
Esta vez quien busca el tiempo perdido es Anna, que amenaza con bañarse este verano en la acequia Mayor, como hacía cuando tenía diez años. No creo que ahora la cosa sea tan sencilla, porque entonces los niños jugabamos por las calles, ibamos en bicicleta sin casco y resolvíamos las diferencias de opinión a pedradas, pero, en cualquier caso, tendré que hacerme con un neumático de camión como flotador, para que la ambientación sea la misma. Por si acaso se sale con la suya.
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