Resultó ser una falsa alarma y el fuego no llegó al recinto del festival, pero durante unos minutos cundió el pánico. Multitud de padres/madres, teléfono móvil en mano, intentaron localizar a sus hijos/hijas entre otros cuarenta mil hijos/hijas, que apenas se enteraron del peligro. El ruido de la música no les dejó ver el fuego.
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