miércoles, 17 de mayo de 2017
La tienda del señor Emilio, sesenta años despues.
Uno de los escenarios de mi infancia, en la calle Caballeros, de los pocos que han sobrevivido a las modernizaciones y que siguen igual que entonces, al menos externammente. La típica tienda de ultramarinos de los años 50, en los que se vendía de casi todo y que olía a canela, sardinas de bota y a petroleo. El señor Emilio nos llenaba de atun el pan que llevábamos de casa a la hora de la merienda, sacándolo de una lata enorme con una cuchara y sujetándolo con el dedo. Remataba con un poco de aceite de la misma lata y creo que no he vuelto a comer bocadillos como aquellos
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