Viendo esta reja en las calles de Castellón, recordaba los
usos y costumbres de aquella pequeña ciudad de mediados del siglo pasado en la que las
cosas eran radicalmente distintas a la de ahora.
La reja abierta a la
calle era uma institución, detrás de la cual, habitualmente, había una mesa
camilla, la sala de estar, y era el canal de relación entre los vecinos. Las
mujeres estaban muchas horas tras la reja, cosiendo, desgranando guisantes o
simplemente cotilleando, observando a quienes pasaban por la calle, que solían
saludar a quien les miraba tras los visillos.
A veces pegaban la hebra, cada una a un lado de la reja, o la mujer
salía a la calle a hacer el comentario, que podía alargarse indefinidamente con resultados catastróficos para la buena fama de vecinas y conocidas..
Todo ha desaparecido. Las viejas casas del centro se
han abandonado y ya nadie ve pasar las
vida a través de la reja. Ahora para eso está la televisión, que te informa
puntualmente de los amores, los juicios y las condenas de Isabel Pantoja
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