tag:blogger.com,1999:blog-5720458172806941819.post8069048715157180895..comments2023-08-16T09:35:06.550+02:00Comments on Diario de un prejubilado: Mobiliario urbano para solitariosFernando Noshttp://www.blogger.com/profile/00750787752419758840noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-5720458172806941819.post-14509358261735770972012-09-25T14:03:33.462+02:002012-09-25T14:03:33.462+02:00Carlos, ¡ has estao sembrao! Esto de las madres es...Carlos, ¡ has estao sembrao! Esto de las madres es un fenómeno misterioso que va dejando un rastro de traumas en la gente. Aunque la nuestra, mas que misteriosa es casi paranormal.Fernando Noshttps://www.blogger.com/profile/00750787752419758840noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5720458172806941819.post-55973261385242418522012-09-24T11:21:08.279+02:002012-09-24T11:21:08.279+02:00Debe ser la ola de individualismo que nos asola. D...Debe ser la ola de individualismo que nos asola. De la monodosis al monobanco.<br /><br />Saludos.Babiloniohttps://www.blogger.com/profile/08366464925856038451noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5720458172806941819.post-82298158087432066902012-09-24T11:09:17.140+02:002012-09-24T11:09:17.140+02:00Mis recuerdos de los grises no llegan más allá del...Mis recuerdos de los grises no llegan más allá del bachillerato.<br /><br />Huelga de estudiantes. La manifestación estaba convocada a primera hora de la tarde en Ribalta. Como soy de natural puntual, allí que me encaminé con tiempo de sobra en compañía de un amigo. Las calles estaban desiertas y nosotros íbamos de incognito: uno cargaba con el cubo de cola y la brocha y el otro con un rollo de papel de estraza de un metro. <br /><br />Xerra que te xerra, cuando vinimos a darnos cuenta estábamos en el centro de un cruce cercano a la plaza de toros. Hasta entonces no habíamos visto que en cada una de las cuatro esquinas había un jeep de la policía aparcado. Las puertas empezaron a abrirse, los grises empezaron a bajar calándose el casco antidisturbios y el primero que llegó hasta nosotros extendió el brazo, chasqueó los dedos y dijo “¡Disuélvanse!”. Chocamos tres o cuatro veces entre nosotros, a pocos pasos de ellos, antes de conseguir largarnos, casi un minuto más tarde, cada uno por nuestro lado. En aquellos momentos no sé que pesaba más, si el miedo a una posible somanta de palos o la humillación de no ser capaces de disolver en condiciones una manifestación de dos.<br /><br />El episodio me quitó el ardor revolucionario para el resto de la tarde y decidí cambiar el plan de manifestarme por el de irme a jugar a las maquinitas. Al regresar a casa avergonzado me enteré de que no había sido tan mala decisión, La manifestación había acabado a palos poco antes de llegar a la plaza de María Agustina y la mamá se había lanzado a la calle para llevarme a casa a gorrazos. A ver cómo te presentas en clase al día siguiente de que tu madre te haya sacado de la oreja de una manifestación.<br />Carlosnoreply@blogger.com